El Precipitato, el tercer movimiento de la Sonata número 7 en si bemol mayor, opus 83, de Sergei Prokofiev, es una de las más difíciles piezas que se hayan compuesto para piano a lo largo de la historia de la música. Grigory Sokolov, un pianista ruso nacido en 1950, interpreta esta obra con una calidad de sonido, de movimientos y, sobre todo, de técnica e intención que deja asombrado a todo amante de la música y de la dificultad. Los pianistas, entre los que me cuento –no con el nombre de pianista sino como estudiante de piano que aspira a algo parecido a un pianista–, alabamos su modo de tocar.