El reconocido cineasta Mel Gibson acudió a la Ciudad de México con la finalidad de filmar un video clip, en los Estudios Churubusco, parte de las escenas fueron tomadas en la parte del estacionamiento de dichos estudios cinematográficos.
Todo inicio como en un rodaje normal, solicitando silencio absoluto al equipo de técnicos conformado por un aproximado de cincuenta personas, la escena comienza al dejar caer dos pianos a una altura aproximada de 15 metros, en una escena que pretende captar al espectador.
La mano de obra mexicana y con su creatividad, se construyó un acantilado artificial, el mismo Mel Gibson ayudó a introducir la tierra para la construcción de la escenografía.