No preciso escribir un artículo sobre música clásica en el turno de ella, sino asemejar esta obra de arte con una ópera clásica. En efecto, se parecen. Sólo que ésta está escrita en inglés y no forman parte de una ópera propiamente dicha, sino que forman parte de la banda sonora original de una gran película: El violinista en el tejado. Tanto la película como la banda sonora es una verdadera obra de arte.
Basada en Las hijas de Tevye, una novela de un escritor ruso llamado Sholom Aleichem, la obra se representó por primera vez como un teatro en Broadway en el año 1964, y salió en la gran pantalla en 1971 de la mano de Norman Jewison. El argumento es una delicia: tanto Tevye, el lechero, como Golde, su mujer, se preocupan por casar a sus cinco hijas de la mejor manera posible, de tal modo que no vivan en la miseria, aunque ello signifique no vivir felizmente casadas con el hombre al que aman. La película en todos sus aspectos es genial, pero no me dedico precisamente a las imágenes en este momento, sino a la música.