Buenas tardes a todo el mundo. Hoy, miércoles, volvemos a hablar de cine, pero de su música (tiempo habrá de hablar de cine en concreto, de películas concretas y demás temas relativos). Estamos, pues, ante una nueva entrega de las Bandas Sonoras del Cine, la número diecisiete, y ya iba siendo hora de hablar de una de las grandes bandas sonoras de una de las grandes películas que cualquiera pueda tener en su videoteca y ver cada cuatro o cinco meses (yo lo recomendaría con películas como esta).
La banda sonora que he escogido para este miércoles pertenece a la gran obra cinematográfica Braveheart, protagonizada por Mel Gibson y con todo un sinfín de detalles minúsculos sobre los que comentar algo. El tema que vamos a escuchar es el que presenta la banda sonora, es decir, el tema principal de la película, el que suele conocer todo el que ha visto la película sin fijarse demasiado en la música. Si bien es un tema corto, no llega ni a dos minutos, tiene la suficiente intensidad como para calentarnos el corazón y los oídos. Se trata de una pieza simple y suave, con una melodía hecha con una gaita, acompañada por unas flautas y algunas cuerdas de fondo que marcan el continuo ritmo sin cambiar, todo tan bien organizado, todo tan acorde con la película, tan bien hecho, que merece la pena llevar una cancioncita así de breve en el reproductor portátil o para ir escuchando en el coche, mientras se conduce (una buena idea para no saltarle al cuello al que va delante o al que se cruza, como hacen muchos, y cada vez más). En fin, una melodía tranquila que relaja a cualquiera con un mínimo de sensibilidad, y si además de esto ha visto la película, excelente también, por otra parte, pues doble sensación, porque recordará con cierta nostalgia las mejores escenas de la película, como siempre digo al hablar de las bandas sonoras del cine.