Bienvenidos de nuevo una semana más a nuestra sección asignada para los jueves en Gran Música, nuestros fabulosos Clásicos de la Música. Hoy, en concreto, con un invitado muy especial –entiéndaseme el concepto de invitado en textos electrónicos como estos–. Un hombre que, ya desde su juventud, revolucionó en el mundo de la música todo el panorama con la interpretación de grandes canciones del momento de un modo peculiar, no muy cultivado por otra parte: a piano.
Hablo del pianista Richard Clayderman, una figura de la música popular del último siglo, que invocó el espíritu del clasicismo del piano para mezclarlo con baterías y teclados, y hacer con esa mezcla un cóctel molotov que explotó en las cadenas de radio de todo el mundo.
Para la ocasión he escogido el tema que quizás sea el más famoso de todo su repertorio. Si no lo es realmente, al menos es por el cual yo conocí su música. Esta canción se titula Balada para Adeline, y fue en su día la sintonía de la telenovela Novia de Vacaciones, según creo recordar –hablo de memoria, y a veces, falla. Pero creo que está todo en su sitio–. En ella, en la canción, encontramos una bellísima melodía interpretada por el piano y acompañada también por el mismo instrumento, pero con la ayuda de una batería y algunos sonidos de fondo, ejecutados, supongo, con un teclado a modo de “sample” que da mayor ritmo a la pieza, lo cual es lo que suele gustarles a los oyentes de la radio actual.