Mozart: Andante KV. 467

El Concierto para piano y orquesta en Do mayor KV. 467 es una de las obras de Mozart que todo el mundo adora por su melodía, preciosa, que adhiere al piano con un toque clásico y, lo más propio del compositor, aparentemente sencillo. El acompañamiento en tresillos durante todo el movimiento –el segundo de tres que forman todo el concierto entero– hace que nos relajemos durante los primeros segundos antes de empezar una de las melodías más refinadas que ha concebido el mejor músico de todos los tiempos.

El concierto completo es una maravilla, pero el segundo movimiento es una reliquia en todos sus sentidos. Su aparente facilidad es lo que llama la atención a los pianistas, pero su verdadera dificultad es la que impresiona en el momento de lanzarse a estudiar tal obra maestra.

El compositor, Wolfgang Amadeus Mozart, nacido en Salzburgo en 1756, pertenece al período clásico de la historia de la música. El clasicismo se caracteriza principalmente por la importancia que tiene la melodía, que suele ser alegre y regular en todos sus sentidos, por la ausencia del ritmo tan marcado que había en el Barroco con el bajo continuo, pero sobre todo por la búsqueda de la perfecta belleza. Es cierto que la afirmación de que la melodía siempre es alegre es muy relativa, pues Mozart podía proponerse componer una melodía triste y lo conseguía, no hay más que escuchar el Réquiem en Re menor KV. 626 en el que todo es tristeza.

El compositor austríaco ya había compuesto sus primeras obras desde que era niño –su primera obra, un minueto, la compone a la edad de cuatro años y parece que la ha compuesto un adulto– y nunca paró de componer con su ingenio único. Su oído absoluto daba para eso y para más.

Además de la calidad de las composiciones de Mozart, tenemos en este video la calidad del pianista que la interpreta. Ni más ni menos que Maurizio Pollini, un pianista nacido en Milán en 1942. Éste obtuvo en 1960 el primer premio en el Concurso Internacional de Piano Fréderick Chopin en Varsovia, uno de los concursos más antiguos y prestigiosos de piano, en el que también han obtenido el primer premio el famoso Yundi Li y la formidable pianista de Buenos Aires Martha Argerich. A partir de esa fecha, tomó clases magistrales de Arturo Benedetti Michelangeli, otro maestro en su campo.

Con esto no se puede deducir otra cosa que un impresionante par, en el que el compositor ya dio lo suyo al escribir tal monumento musical y el pianista da su granito –enorme, por cierto. Quién pudiera– de arena para hacer de este momento musical una belleza, como buscaba el músico clásico.

Aunque el pianista destaca más por su interpretación de la música de Chopin y de los autores más modernos, no deja de ser una oportunidad única poder verle interpretando una obra clásica, de modo que aquí les dejo plasmado el vídeo y que cada uno saque sus propias conclusiones –en cualquier caso, a esperas de que queden satisfechos–. Pueden ver las otras partes del concierto si siguen los demás vídeos.

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