Joya: La casa por el tejado

Fito & Fitipaldis, el mejor grupo de su estilo, nos sorprendieron hace tiempo con una preciosa canción –por letra y por música, que Fito lo tiene todo– llamada La Casa por el Tejado. La forma de tocar la guitarra hace a este músico único. Adolfo Cabrales ha sido el que ha abierto los ojos a muchísimos fans de la música actual, ya desde tiempos de Platero y tú con sus grandes temas de bar. Cada uno de sus conciertos se convierte en una experiencia inolvidable, sobre todo cuando este tema suena de la mano de Adolfo a la guitarra.

A todos aquellos que no se hayan atrevido a pagar una entrada –caras, siempre son caras– para ver a estos maestros, diré que os aconsejo firmemente que vayáis a verlos. No os arrepentiréis.

Por último, y para no alargarme en la Joya de esta semana, diré que tampoco es una de las mejores canciones del grupo, pero es una de mis preferidas. Quiere decir ello que hay canciones más grandes que ésta –que, por otro lado, ya es difícil. Lo digo a toda fe– y que aparecerán por aquí en un futuro. Os muestro, como siempre que tenga ocasión de hacerlo, dos versiones diferentes: una en acústico –a mí me gusta más siempre el directo. Lo demás es un montaje– y el videoclip oficial de la canción. Como siempre, espero que me den su opinión todos aquellos que vean este artículo, para así saber si realmente gusta –tengo conocimientos de que Fito gusta a mucha gente, pero nunca está de más encontrar nuevos fans–.

[youtube]http://es.youtube.com/watch?v=mdgkuMNh64I[/youtube]

[youtube]http://es.youtube.com/watch?v=nZHs4C0gyYE[/youtube]

La Casa por el Tejado

Ahora sí,
parece que ya empiezo a entender.
Las cosas importantes aquí
son las que están detrás de la piel,
y todo lo demás
empieza donde acaban mis pies.
Después de mucho tiempo aprendí
que hay cosas que mejor no aprender.

El colegio poco me enseñó.
Si es por esos libros nunca aprendo
a: coger el cielo con las manos,
a reír y a llorar lo que te canto,
a coser mi alma rota,
a perder el miedo a quedar como un idiota
y a empezar la casa por el tejado,
a poder dormir cuando tú no estás a mi lado.
Menos mal que fui un poco granuja,
todo lo que sé me lo enseñó una bruja.

Ruinas… ¿no ves que por dentro estoy en ruinas?
Mi cigarro va quemando el tiempo,
tiempo que se convirtió en cenizas.

Raro… no digo diferente, digo raro.
Ya no sé si el mundo está al revés
o soy yo el que está cabeza abajo.

El colegio poco me enseñó.
Si es por el maestro, nunca aprendo
a: coger el cielo con las manos,
a reír y a llorar lo que te canto,
a coser mi alma rota,
a perder el miedo a quedar como un idiota
y a empezar la casa por el tejado,
a poder dormir cuando tú no estás a mi lado.
Menos mal que fui un poco granuja,
todo lo que sé me lo enseñó una bruja.