Clásicos de la Música XI – Barbra Streisand

Doy la bienvenida a todos los lectores de Gran Música por estar otra semana más disfrutando de los Clásicos de la Música, hoy con una voz femenina muy especial. Una voz realmente significativa en el panorama musical desde los años sesenta. Hablo de la sin duda fabulosa voz de Barbra Streisand, la cantante estadounidense que, según dijo en los años ochenta el crítico del New York Times, Stephen Holden, es la «más influyente en la música americana desde Frank Sinatra» –del que, por cierto, hablaremos dentro de unas semanas, porque también merece varias sesiones–. La canción que nos acompaña esta tarde fría de noviembre es una pieza bastante importante para mí, titulada Woman in love.

Esta canción, como tantas otras que ya he citado en esta sección –no es para menos–, me trae grandiosos recuerdos. Hace algunos años, no muchos, fue cuando mis gustos cambiaron radicalmente, pasé de no querer ver ni en pintura los libros a lo que soy hoy, un lector compulsivo que no puede dejar de leer libros uno detrás de otro. Aunque este comentario es más propio para el blog de literatura, hoy he de dejarlo escrito aquí, pues con esa anécdota tiene absoluta y estrecha relación la canción que vamos a escuchar dentro de muy poco tiempo. Tiene tanta relación porque cuando empecé a interesarme de verdad por la lectura, escuchaba esa famosa cadena de radio llamada Kiss FM, tan mencionada por mí en estos artículos y tan alabada al mismo tiempo. Esa emisora de radio era mi compañera noche y día, en los buenos momentos y en los malos momentos. Y tan compañera mía fue, que hasta vio nacer en mí la pasión que hoy tengo por la literatura. ¿A qué me refiero, pues, con esta anécdota? Me refiero a que cuando empecé a sentir el placer tan exquisito de leer un buen libro, estaba escuchando esta canción. Recuerdo muy bien que estaba en la mejor parte de la historia y sonó esta canción en la radio, y entonces mantuve los dos sentidos –el de la vista y el del oído– perfectamente activos, leyendo al mismo tiempo que escuchaba esta fabulosa canción. Y desde entonces, me emociona notablemente escuchar esta canción y leer cientos de libros.

Es curioso lo que la música puede llegar a aportar, ¿verdad? Hasta lo más inesperado, pero así es, es verídico.

En fin, vamos a escuchar esta canción, porque ya el cuerpo nos pedirá alegría, emoción o como quieran llamarlo a la hora de escuchar buenas músicas –y no digo buenas letras porque, como siempre, están en inglés y no las comprendo en su totalidad–. Les dejo, pues, con Woman in love, un tema que no puede faltar en sus vidas y que no puede ser olvidado por los que hoy producen la música comercial. Ojalá llegáramos en unos años al nivel que se tenía entonces en la música popular, pero me temo que eso no será posible, así que, para evadirnos, tenemos el recuerdo de Barbra Streisand y el resto de los Clásicos que, desde luego, nunca serán expatriados.
 
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