Octubre nos acaba de abrir las puertas hace un solo día, y como nos encontramos en el centro de la semana, es decir, en jueves, nos toca hablar de los grandes clásicos de la música. Hoy nace, por tanto, el cuarto capítulo de nuestros Clásicos de la Música. Para el cuarto encuentro he decidido hablar sobre uno de los cantantes que más han marcado en la música del último siglo: el cantante de Queen, el gran Freddie Mercury, quien con su voz llegó más allá de las posibilidades de cualquiera de los cantantes que tenemos hoy en día en el panorama musical. Actualmente, existe un cantante al que se le ha comparado con Mercury, el cantante Mika, pero son especulaciones. Freddie Mercury es todo un clásico, y su grupo, otro, y su música, otro de los grandes hitos.
La canción que vamos a escuchar hoy fue, hace unos años, la primera canción que escuché de Queen. Recuerdo perfectamente que me encontraba en el coche de mi padre, un lugar en el que, curiosamente y por un tiempo bastante importante, yo solía leer mientras escuchaba Kiss FM –el coche estaba en el garaje, ojo al dato. No lo hacía en la calle–, de tal manera que cuando escuchaba que iban a poner una canción que me gustaba, paraba de leer y prestaba atención a la música. Evidentemente, terminaba por leer poco, porque la música de Kiss FM es una de las mejores que he escuchado en mi vida. Pues bien, esta canción la emitieron durante aquellas horas de lectura en el coche de mi padre y, en cuanto escuché la voz del locutor diciendo “queen”, automáticamente dejé de leer y presté atención a esta belleza de canción. Nunca antes había escuchado detenidamente aquella música, mea culpa, y a partir de aquel día empecé a interesarme por las canciones de Queen. Ésta, en concreto, la obtuve gracias a un amigo cuyo hermano es gran seguidor de su música. Por esos y muchos otros motivos, esta canción es una de mis preferidas. No demos más rodeos, la canción se llama Too much love will kill you.
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