Con este artículo si vamos ya puntuales con lo establecido desde un principio, todo puede volver, pues, a la normalidad. Pero hay algo de anormalidad en escuchar música, en «escuchar» el cine, en recordar momentos vividos junto a la gran pantalla. Aunque yo no puedo decir mucho eso de recordar momentos en el cine, porque la película cuya música vamos a escuchar hoy no la he visto nunca entera, ciertos problemas relacionados con el francés y con la experiencia del instituto durante la secundaria me llevaron a rechazar esta película –no por su contenido ni por nada relacionado a la obra, que, sin duda, será excelente, según lo que he oído por todas partes–. Pero sí puedo expresar alguna opinión acerca de la música, porque me ha parecido bastante interesante.
Vamos a hablar de la quinta entrega de nuestras Bandas Sonoras del cine, y también como la Quinta de Beethoven –perdonen la relación, pero ya puestos a haber mencionado una obra maestra en el artículo sobre rock, también menciono otra en este, ya que tengo la ocasión–, habrá de impresionar. A mí me ha impresionado. No digo con esto que la música sea tan excelente, tan exquisita que a oídos de todos vaya a causar un formidable efecto emotivo, no digo eso, pero de una u otra manera me ha impresionado la banda sonora de esta película, al menos el tema del que hablo, para ser más precisos. El Vals de Amélie, que es como se titula esta pieza, compuesta por Yann Tiersen, es la obra que vamos a escuchar esta semana como recomendación de Banda Sonora.
He de decir que sin la recomendación, por su parte, de una de nuestras lectoras, que dejó una firma bien grata en el post sobre Forrest Gump, no habría podido hablaros de esta maravilla, porque nunca me había parado a escuchar la música de esta película. Agradezco con creces a la susodicha sus palabras.
La banda sonora de Amélie contiene, dentro de su repertorio, una versión de orquesta y una de piano, entre otras. Las que exhibo aquí son la versión de piano, excelente bajo mi punto de vista, y la de orquesta, también muy buena, aunque me gusta más la de piano. Las dos mencionadas van a ser las dos escuchadas, espero, dentro de un momento. Un último detalle que marcar: bien he dicho en artículos anteriores a éste que para disfrutar de la mejor manera posible la música de una película, su banda sonora, es recomendable ver la obra en cuestión. Yo no la he visto aún, como ya he dicho, por muy diversos motivos, pero como yo mismo digo que hace falta ver la película para escuchar su acompañamiento –porque eso es, al fin y al cabo, una banda sonora, acompañamiento del film–, en cuanto tenga ocasión, espero que pronto, me sentaré a verla, ahora con mejores ojos desde que he escuchado esta melodía.
Y nada más que añadir. Esta semana el artículo ha sido por recomendación de un lector, estaría bien que algunos de los que sigan a esta entrada sean por el mismo motivo. Ello será una buena causa. Espero que disfruten, como yo lo he hecho, con la banda sonora de Amélie.
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